Thursday, December 22, 2011

Cursos de etiqueta de un galán de pueblo


Si buenas….

Hace rato que no hacia una aparicioncita por estos lares (no es que me haya olvidado de susmercedes ni mucho menos, sino que a veces hay tanto que hacer que esta memoria ya no nos da…), pero dados los eventos de la tarde de ayer se me hizo absolutamente imperativo compartir la siguiente experiencia con los lectores de este humilde blog.

Vea, una cosa es uno andar enredado en los rincones más recónditos de la ciudad capital (un hobby de yours truly) y otra muy diferente es aventurarse en un pueblito situado en el corazón del eje cafetero, llamado Calarcá (para darle más caché [no tiene nada que ver con la capacidad de procesar información de manera más efectiva en un PC] hay algunos que se refieren a éste como Calarcho City). Para aquellos que nunca lo habían oído nombrar (cosa que me parecería un insulto a la historia de nuestro país ya que Don Cacique Calarcá fue uno de los Pijaos más berracos que resistió la conquista española en aquellos diciembres), Calarcá queda a 7 minutos de Armenia – capital del departamento del Quindío.

Suficiente de geografía e historia colombiana ahora si venga les comento.  Dado a que sufro de una leve adicción a la gastronomía criolla, particularmente a esas ricuras que solo se consiguen en los rincones secretos de nuestro país (eso incluye el Old John, un whiskey destilado en el prestigioso sector de Soachington, Cundinamarca, el cual hasta la fecha no ha producido dos botellas que sepan de igual manera. Aun asi es una delicadeza que vale la pena probar), a veces mi paladar es el responsable de que me pasen las cosas que me pasan…

Fíjese que ayer paseaba yo muy tranquilamente por la llamada 25 (el equivalente a la Boyacá, la Carcass o la avenida 19 en Bogotá) a eso de las 2:15pm con un hambre de los mil demonios cuando empezaron a debutar frente a mis ojos varias vitrinas, las cuales ofrecen una pieza de pollo broaster al módico precio de $1,000 COP (o sea, 50 centavos de dólar – ¡Amo este país HP!). Ahí sí, ¿Quién dijo yo? (Por cierto, me interesaría muchísimo saber de dónde se deriva esa palabra, ya que en pikinglich se dice breaded, ¿no?)

Me dirigí hacia un local, el cual tendría aproximadamente 15 metros de largo por 2 metros de ancho (me imagino que detrás de la nevera en donde se guardan las gaseosas se encontraba la cocina, pero no me consta nada, o sea que lo que le diga es mentira) y encontré una mesa desocupada. Me atendió un señor, al cual le pondría unos 60 años,  quien tomó la orden. La verdad yo pedí una pechuga y una pierna pero no sé cómo, mágicamente, llego una sola presa  que no era ni una pechuga ni una pierna; era como el híbrido de las anteriores.

-NOTA BENE: después de haber comido danta, boruga y jabalí en el Amazonas, una ya se limita a no preguntar qué es lo que se está comiendo, así que ¡venga pa’ca pollito! NOM NOM NOM…-

Esta ala no me la comi ayer, pero es solo una pequeña y suculenta muestra del pollo que se consigue por estos lares.

En fin, procedí a devorarme mi trozo de ave de la manera más prudente posible (por ahí dicen que el que muestra el hambre, no come; por ende, ante la duda, abstente) cuando sentí unos ojos encima de mi camisa marinera. Noté que, dos mesas hacia mi izquierda, se encontraba un caballero que no me quitaba la mirada de encima. Me imagine que de pronto detrás mío había un calendario del prestigioso diario bogotano, El Espacio, o en su defecto una foto del Sagrado Corazón de Jesús (Una nunca sabe…), lo cual estaba llamando la atención. Para mi desgracia no me acompañaban ninguna de las anteriores. Todo lo contrario, la única estampa en esa pared era la de la Virgen del Agarradero en mi mente… Aun así, como he aprendido a ignorar esta clase de episodios, dado a que sólo casualmente representan un peligro, seguí saboreando esa mano de grasas extra-saturadas de mi pollo.  

Cabe destacar que mi unidad de medida ante el peligro ha sido determinada por mis experiencias de vida en el Polo Norte;  lentamente esta medida ha sido reformada por nuevos hábitos que sólo se adoptan cuando uno pasa un tiempo en una ciudad como Bogotá y está dispuesto a meterse a donde sea.  Para salir ileso he aprendido que se debe andar con cara de ñampira para que no se metan con uno. Por ende, al notar que el señor de la mesa aledaña no dejaba de mirarme fijamente, hice cara de ñarrea educada y pretendí que no me había dado cuenta de su morboseadera.

Mi cara de ñarria - Wharever fader :)

Al terminar, para acompañar mi deliciosa y deforme presa, me trajeron una 7UP en botella de vidrio de lo más criollo (cute  ^.^) con un pitillito.  He ahí donde empieza el cristo a padecer… Me encontraba yo degustando esta burbujeante bebida cuando escuché un ruido el cual se asemejaba a una voz, lo cual me hizo girar mi cabeza hacia la izquierda en donde de la boca del vecino mirón salía la siguiente frase:
  • ¿Me regala gaseosa?


-indeed-

Mi expresión de incertidumbre era más grande que la incredulidad que postulaba esta pregunta en mi mente; en otras palabras yo tenía un MAJOR WTF tatuado en la frente. Respondí el interrogante con un simple ¿qué?, ante lo cual al hombre le pareció una excelente idea reiterar su pregunta:
  • ¿Me regala gaseosa?

Eliminada la incertidumbre, solo queda la incredulidad, lo cual me llevo a contestar como una epicúrea racional: ¿y por qué? Ante lo cual el mansito ese simplemente me pidió nuevamente que le regalara gaseosa, cosa que aún no me cabe en la cabeza. Aun así, como cabe resaltar que el glamour debe perdurar ante todo, le dije: “Si quiere le dejo...” Y eso fue lo que hice. Deje 1/12 de mi 7up encima de la mesa y me paré a cancelar mi cuenta. Cuando inesperadamente el ser ese se paró detrás de mí y me dijo: 
  • No, venga yo la invito…
-encore-


Y procedió a sacar una mano de billeticos azules de su bolcillo. Una vez más se notó la brotada de mi MAJOR WTF a flor de piel, lo cual me hizo contestarle: “Hm… no gracias”, mientras salía despavorida del sitio, pero sin huir como vil cobarde (Colombia te enseña que bajo ninguna circunstancia hay que mostrar miedo, porque ahí sí como dicen los tikunas: tauma – osea, pailander el inmortal).  Mientras me escabullía entre la gente, solo escuché la misma voz gritando:
  • ¡Pero déjese invitar!  

A lo cual conteste nuevamente, no gracias y aceleré el paso, no del miedo que me siguiera hasta mi siguiente destino, sino de la ira de no haber podido disfrutar mi comida y terminarme mi gaseosita.


Durante el trayecto desde ahí hasta la casa donde me estoy hospedando reflexioné acerca de lo sucedido y llegué a la siguiente conclusión: las dinámicas de los galanes de pueblo no son mi fuerte. Creo que donde yo hubiese sido ese galán, le habría comprado un pollo a la víctima y se lo habría hecho llegar con la mesera, junto con una porción de papa, o mínimo arepas extra.  Me pregunto si esa táctica de robar gasimba le habrá funcionado a alguien en algún lugar del mundo. Bueno, creo que si Gael Garcia o Georcito Clooney me dicen lo mismo, les encimo un pollo para que se lo lleven a la casa y de ahí lo que pida y mande paspis… Pero como ni Gaelcito ni Georcito viven en Calarcá ni frecuentan los lugares que yo frecuento, entonces seguiré soñando a ver si por lo menos me levanto un marrano que me regale un pollo, o me conformo con que no me robe mi gaseosa.


Y como dice la canción: Ay que orgulloso me siento de ser un buen clomboliano!

Fraulein Andrea MMXI

Tuesday, September 13, 2011

Rottenblock: La historia del Sugardaddy y la Rosadita (Segunda Parte)


Si buenas…

¿En dónde nos habíamos quedado?  Ah sí, ya me acordé: que la Frauleinz se quería ir de fiestica party, en busca de un chuzazo donde le pusieran cosas igualmente extremas a las del C.S.B. pero, inclusive, aún más sabrotzonas y guapachosas. Es así como comienza la segunda parte de la historia del Rottenblock, junto a mi pseudo-guía, la agente secreta Rosadita y su Porci-Ken (en este caso lo de porci hace referencia a un marrano, PorSi… Las dudas, no era un Ken realmente).

Seguíamos todavía en el Capitan Spaulding, pero las amistades se me estaban aburriendo del  mismo chispunchispunl del lugar (sin mencionar que, aunque no me lo hubiesen dicho, mi par de compinches estaban que se metían una rumba de esas que dice: Oye traicionera aunque yo me muera…).  Le comenté a mi guía que el trio dinámico (en particular esta servidora) tenía ganas de explorar el resto de los rincones secretos que sólo los más intrépidos se atreven a enfrentar. Para mi desgracia (o mi gracia, ¿quién sabe?) mi guía turístico estaba más adulterado que una botella de Chivas Regal de $10,000… Como diría alguna amistad de esas del Rottenblock: Si mamita quiere conocer, le va tocar ir solita, oyó. Ante esta nueva responsabilidad que me imponía la vida, asumí los pantalones de guía turístico, (ya que ni siquiera las amistades sabían dónde carajos estábamos en este momento) convoqué a rosadita y al Sugardaddy y no dejé que cundiera el pánico, mientras decidía que podíamos hacer.

Decidí que lo más prudente era ir a rescatar a mi ex-guía turístico, que a pesar de haber abandonado su puesto por incapacidad, seguía dispuesto a seguirme la cuerda. Al entrar lo encontré ahí… perdido ciegamente en las garras del alcohol…. y en los brazos del dueño del C.S.B… Vea, que problema para soltar a este hombre, oyé. Se despide más que circo pobre ¡No! Me tocó hacerle, lo que en mi tierra llaman lobby, (Aclaración: lobby no es una loba pequeña ni mucho menos) más conocido como antesala. Me demoré fácilmente 20 minutos para atrapar su atención y después como 15 más para que entendiera que [TODOS] nos íbamos para otro sitio. En esas el hombre le reiteró, de la manera menos masculina del mundo, su aprecio al dueño y le recordó que yours truly había venido de por allá lejos y que ¿Cómo NO ME IBA A DAR UN RECUERDO…? Mire, una cosa es que el hombre le hubiese insinuado eso, y otra muy diferente es que el tipo se empiece a bajar de sus vasos de colección… Mi reacción: Cara de WTF… No señor, como se le ocurre, ¡No, No y NO! Mientras yo expresaba mis deseos de no encartarme con ni mierda, mi guía me pateaba por debajo de la barra, prácticamente diciendome: No sea guevona y agárrelo. A lo cual yo le contesté: Dígame sumerced, ¿yo como para que quiero un vaso de esos si ya tengo una mano de  vasos (puede que no sean de colección) en la casa?  Y, a lo bien, yo que voy a hacer con esa vaina, ¿seguir caminando por Rottenblock enseñándole mi trofeo a toda la cuadra? Thank you, but no thanks.  

Al final, como para que todos quedáramos contentos, y yo no me fuera con las manos completamente vacías, me llevé una tarjetica que tenía una calavera y decía algo así como Roller Derby Girls (Si eres una chica fuerte y te gusta el deporte, ven a patinar con nosotras. Sabrá Mandrake exactamente de que se tratará la actividad); go figure... Cuando por fin, después de mucho esfuerzo pude sacar a mi ex-guía del bar (prácticamente del cuero de la jeta), fui y busqué a las amistades, quienes del desespero se volvieron a meter al bar a seguir dándole a las politas.  Pasé de ser la autoridad a la porrista del paseo, a ver si estos dos individuos se bajaban esa berraca cerveza. ¡No le digo! Que camello… Y eso que uno es la VIP.

20 minutos más tarde, cuando finalmente todos estábamos en la calle, pensé: ¿y ahora qué? Para que las amistades no sospecharan lo más mínimo que yo no tenía ni puta idea para dónde íbamos o que iba a ser de nuestras vidas en las próximas horas, me lavé las manos de la manera más sutil del universo. Les dije que el ex-guía nos quería llevar a el sitio en donde todos nuestros sueños se iban a hacer realidad (Yeah right… más bien tenuemente me limpié la boquita mientras se me escurría tronco ‘e bullshit). 


Exactamente mi punto. Gracias Señor Paul Valery :)


Para poder seguir en mi súper fachada, dejé que ellos se adelantaran (ya saben, por aquello del romanticismo del amor, etc...) mientras yo averiguaba como carajos se le prendía el piloto automático a mi amigo guía, el cual llevaba varios minutos esquivando huevos al caminar. Al final me tocó pilotearlo manualmente: agarrado de la parte de atrás de la chaqueta iba yo conduciendo a este man por toda la 1ra de mayo a eso de las 12:30 am (cosas que solo le pasan al chavo del ocho y a mí).

Caminamos como por 15 minutos hasta que a mi marioneta le dio por decir: Ah no, Por acá no es. Creo que nos pasamos… ¡VIRGEN DEL AGARRADERO, AGARRAME A MI PRIMERO! HUE@#$^%!!!!! ¿Cómo así que nos pasamos? Al hombre le dio por preguntarle a uno de esos comerciantes locales que siguen brindando servicios varios a esa hora, que donde quedaba el bar _____________ (inserte cualquier nombre ahí, porque hasta el sol de hoy no tengo ni idea donde terminamos). El hombre no tenía ni idea de que estábamos hablando, aparte la situación no era la más coherente de la vida. Nuevamente imagínese usted un man mechudo de aspecto tough, que no daba pie con bola, siendo guiado por una vieja de negro bastante coherente pero más perdida que un marrano en un acuario, seguidos por la pareja (la cual ilustré en la primera parte)… Pobre hombre, estaba bien desorientado.

Por ahí dicen que cuando se le va a dar se le guarda y, si uno se demora se le calienta, o sea, lo que es pa’ uno le llega, y es por eso que Mr. El Patas ya nos tenía emplanillados para llegar a un bar en un segundo piso, con unas escaleras que parecían recién enjabonadas (hubo intento de caída como 3 veces), y aparte de la lamparita del DJ, solo había una luz negra prendida en un sitio donde todas las paredes eran blancas. Este sitio parecía más bien como el lugar indicado para tener una congregación religiosa con refrigerio y no un sitio macabro poblado de metalero sureño. El antro este era bien grande, pero desafortunadamente éramos solo como 15 personas.


Hace como 2 días me di cuenta que el bar en el que estábamos se llama Paranoia (como es la vida, no le digo, todo nos llega tarde hasta la muerte…) y me imagino que se llamará así por aquello de que uno en esa borrachera esta paranoico por la posibilidad de irse de jeta por las escaleras, o simplemente teme que una momia (de esas macabras que solo se ven en Rottenblock) se esté escondiendo detrás de las columnas pa’ asustarlo mientras uno esta voleando mecha y odiando al mundo al ritmo de Belphegorito, o algo así por el estilo.
En Paranoia nunca se sabrá con certeza quien te observa fijamente....


Para resumir la historia, no llevábamos ni 3 minutos en el sitio este cuando de la nada apareció un petaco (lo que en mi tierra llaman un twentyfour plus four) de Club Clombolia. Y ahí si ¡¿Quién dijo yo!? Y empezamos con los parceros a entrarle en forma a la polaina, y a la Frauleinzz que le da el alboroto tropical sabrotzon que solo se calma apunta del amado Melechesh. Le pedí a DJ Jorge que me pusiera una de esta jugosa banda israelí, mientras voleaba mecha al ritmo de Brujerismo. Esta Frauleinz si estaba más contenta haciendo nuevas amistades y demás. 


En esas, yours truly, notó que había un tipo encapuchado extremadamente atractivo que dirigía su mirada fijamente hacía ella. Entre ese cruce de miradas empezó ese TUPATUPATUPATUPA característico de Melechesh y quien dijo Baile. Después de terminar tronco de rumba folk-metalera del medio oriente, el misterioso encapuchado se dirigió de la siguiente manera hacia yours truly:

            -¡Uy, pero Shakira se quedó cortica!- (LMFAO!)

Agradable comentario ya que lo único que podía esperarme en un sitio como éste es que cualquier metalero sureño, con alma radical, de los 15 que andaban ahí me sacara una cruceta y me dijera: ¿Va a respetar el metal, o cómo es la vuelta? Afortunadamente mi sutil danza no recibió sino cumplidos y más pola. Me senté con el misterioso encapuchado y con su amigo Andrés a tomarme mi cerveza y a hablar de la vida. Yo estaba anonadada ante la intimidante presencia del sexy encapuchado, hasta que JUAZZ, se bajó la capucha y quien dijo ¡Uy Gonorr@$%! Mis ojos fueron testigos de una violación ocular la cual obviamente no veía venir. Vea, quedé aniquilada y no precisamente porque mi encapuchado fuese un clon de George Clooney. Todo lo contrario. Let me illustrate: Para los amantes del cine clásico, este hombre era lo más parecido, nada más y nada menos, que al vampiro más viejo de todos los tiempos. Si usted es de las personas que se la pasa viendo Entrevista con el Vampiro, o el mismo Dracula (el remake con Gary Oldman, que aguanta un resto en la película) no crea que yo soy jodona, porque me imagino que ya pensara: Uy no, pero si no se conforma con Tomsito Cruise y/o con Bradsito Pitt, tiene es huevo con elefantitis… Desafortunadamente amigo lector, ojalá hubiese sido así. Ya no me aguanto más los rodeos. El man era el hermano gemelo del señor Don Conde Orlok. Si no le suena ese nombre ¿Será que NOSFERATU si?  Listo, ya lo dije. Ahora póngase en mis zapatos…


Venga Mamita, Chaquirita... 


Como soy un ser decente, no corté la conversación y decidí arriesgar mi vida y tener un paro cardiaco, antes de ser una grosera y huir como alma que lleva el mismísimo (y como el mismísimo estaba presente en la rumba, lo más probable es que él mismo me hubiese traído de vuelta a la silla en la cual me encontraba). Hablamos un poco más y me retiré muy sutilmente con la excusa de que tenía que llamar a averiguar dónde rábanos estaba mi celular (¡Ah! Detalle menor: boté el celular ese día). Le pedí el blaberri prestado al Sugardaddy y me dirigí hacia afuera del bar (arriesgué mi vida una vez más bajando las escaleras), encendí un cigarrillo y llamé a mi celular a ver que. En resumidas cuentas un malp!#%^$ me mamo gallo como por 10 minutos y obviamente, como suele pasar solo en el País del Sagrado Corazón de Jesús, no me lo devolvieron. Entre esas se me acercó un indigente el cual me pidió que le regalara un cigarro. Ya que mi dolor de pérdida era mayor, le dije: Vea, no tengo, pero acá compartimos. Todo bien… (Que dirán mis pupi amistades; la verdad, poco me importa. Puedo decir que fumé puro con un reciclador capitalino en mero Rottenblock).

Volví a subir con la intención de ahogar todas mis penas. Re-fock, ¿Por qué todo me pasa a mí? Bueno, sin mayor ánimo, me dirigía hacia el baño cuando otro personaje de esos que solo se ven en Rottenblock se cruzó en mi camino. Este sujeto era lo más parecido a un conductor de buseta capitalino, de esos que miden como metro y piquito, con chaqueta de cuero café, esqueleto blanco, pelo en pecho, camándula de oro y si mal no recuerdo, diente de oro para hacerle juego al escapulario.  Con este individuo tuvimos la siguiente conversación:


Hombre: Oye disculpaz, ¿Dónde conseguistez esa camiseta? (haciendo referencia a mi camisetica de Dying Fetus, que esta una re-chimba BTW)
            Frauleinz: En Canadá
            Hombre: ¿Te la trajeronz de por allá?
            Frauleinz: No, yo vivo allá.
            Hombre: ¡Uy que elegante! Si es que de esas tan bacanas no se venz por acá.
            Frauleinz: -Señala con la cabeza que obvio…-

Ahi se los presento, para que no queden dudas.

Me gané otro BFF que me compró otra pola (ya perdí la cuenta de cuantas fueron). Estábamos de lo más ameno cuando ya las amistades rock-and-rolleras (o sea, Rosadita y Sugardaddy) se retiraron.  Si mal no recuerdo, en el petaco quedaban como 6 cervezas pero mágicamente se evaporaron, con todo y embace… Bueno, ¿a mí qué? Al fin y al cabo, las nuevas amistades se habían encargado de yours truly toda la noche. Eso sí es ser mero VIP. El final de la noche se aproximaba, así que recogí mis coroticos y me dirigí hacia afuera en donde agarré un taxi que me llevó sana y salva a mi hogar, después de una de las mejores noches de mi vida, la cual nunca olvidaré y no hubiese podido pasar sin la colaboración de todos los personajes mencionados en la parte I y II. Pido repitis ¡Carajo!


El Parche Metalero del Rottenblock BFFs! <3


Y como dice la canción: Ay que orgulloso me siento de ser un buen clomboliano! 

Fraulein Andrea MMXI

   

Monday, September 12, 2011

Cosas que solo pasan en el país del sagrado corazón de Jesús - Superman

Mire a quien nos encontramos en la iglesia del Sagrado corazón de Jesús - cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Definitivamente, como decía antes, ninguna situación es lo suficientemente imposible/absurda para Clombolia. Será que si voy a la iglesia del perpetuo socorro me encuentro a Batman? Y por qué no?

Tuesday, August 30, 2011

Interrumpimos este blog, por cortesia del Dios Parao'

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Que seria de una rumba capitalina sin la presencia de Su Majestad El Caldo Parado!
Esta preciosa obra de arte es traida a usted por cortesia de la cocina de un Parqueadero que queda en la Carcass con 31

Tuesday, August 23, 2011

Rottenblock: La historia del Sugardaddy y la Rosadita (Primera Parte)

Si, buenas….

Una vez más me encuentro de paso, esta vez un por un tiempo más prolongado, por territorio clomboliano. Durante esta ocasión, vine con ganas de verdaderamente descubrir esa esencia tropical que perdí hace tantos años. Que mejor manera de hacerlo que ver la escena metalera en Bogotá. Y no estamos hablando de B-Bar, ni del Metal convenience store, ni de cualquier pupi-sitio en el norte,  queeeeeeeee…. Había que hacerlo con estilo. La única manera de conseguir mi objetivo era ir a los bares de la 1ra de Mayo (¡ahí si quien dijo yo!). De esta manera comenzaré a recontar una serie de eventos que solo pasan en el país del Sagrado Corazón De Jesús.


Todo comenzó gracias al amigo Castro, que ante el desparche de esta servidora, se compadeció con esta alma caritativa y me conecto con el propio sujeto que sería mi guía turístico durante mis travesías por Rottenblock (o cuadra picha que llaman por acá… Me gusta más cuando le dicen cuadra alegre, aunque sinceramente debería llamarse cuadra reggaetonera, cuadra tropipopera o cuadra uits). La velada comenzó a eso de las 7:15pm (COT), cuando con latica de Heineken en mano nos dirigíamos hacia la Boyacá para abordar un taxi que nos llevara hacia donde rumbea Mr. El Patas y sus legiones del sur de la capital. Todo iba bien hasta cuando nos dispusimos a abordar el primer taxi, el cual se detuvo he intercambio las siguientes palabras con nosotros:

Taxi: ¿Pa’ dónde van?
Guía: Pa’ la 1ra de Mayo a cuadra picha.
Taxi: UY NO Hermano…. (Taxi sale despavorido del sito)
           
Taxista huyendo por su vida ante la idea de llevar dos mechudos al Rottenblock.

Como se dice en mi tierra ártica: No big deal, ¿right? Así que sin más preámbulos nos dirigimos a repetir la misma operación. Al parar el nuevo taxi intercambio las siguientes palabras con nosotros:

Taxi: ¿Pa’ dónde van?
Guía: Pa’ la 1ra de Mayo a cuadra picha.
Taxi: UY NO Hermano, por allá no voy…. (Nuevamente el Taxista huye por su vida…)

Uy No Hermano... AHHHHHHHHH

Dicen por ahí que cuando el río suena, piedras lleva. Pero era tanta la emoción que no quise ponerle mucho cuidado a las palabras de los sabios taxistas citadinos. Gente complicada al fin y al cabo, oyé. En ese momento lo único que se me cruzaba por la cabeza era: Hmmm, de pronto el sitio este queda retiradito y hay trancón. En realidad, que puede ser tan malo de un sito que se llame cuadra picha, nada ¿verdad? No desistimos y paramos un tercer taxi el cual, palabras más palabras menos, nos dijo lo mismo y que por allá no iba…. En este instante me dije a mi misma: Mierda, yo en que me metí.

Vea, Ahora si todos corran por sus vidas!
 Ya estaba dispuesta a decirle a mi amable guía: Mijo, sabe que, gracias pero no gracias; apague y vámonos. Pero como la vida da muchas vueltas, llego un cuarto taxi que si dijo de una vez: ¡Súbansen!  (Y otra vez, quien dijo yo). Al ritmo de Lluvia del Grupo Niche, entre otros temas igualmente jocosos, nos dirigimos hacia nuestro destino final. Palabras iban, palabras venían, nombres de bandas chevres, la memoria de Castro, mejor dicho, íbamos tertuliando de lo más sabroso cuando, de repente, ¡PUN!

Reitero lo dicho hace como 3 párrafos: Esto solo pasa en el país del Sagrado Corazón de Jesús. El taxi le pegó por detrás a un bus… Mi reacción: Oh re-fuck, y ¿ahora qué? Como lo que se estila en mi tierra es que llega la policía, la ambulancia, los bomberos, yo creo que hasta la prensa hace acto de presencia, pues acá mínimo se baja el de la buseta con una pata’ecabra y nos arregla a todos. Para mi sorpresa, no pasó nada. Nadie se bajó, nadie se inmutó, nadie se emputó, simplemente pan de cada día.



$11,000 pesos después el taxista nos dejó en un sitio en donde la mescla de ritmos no indicaba que hubiese presencia metalera en esta parte de la ciudad. Aun así, seguimos la marcha entre pinchos de carnes cuestionables, tipos que decían: Siga, siga que hay cerveza en botella (la verdad no entendí la lógica detrás de esta técnica de mercadeo…), gente de todas las clases habidas y por haber, puestos de videos piratas, casas en las que se practica la profesión más antigua del mundo, mejor dicho, de todo. Eventualmente llegamos a una calle a la cual no le cabía un antro más. Ahí fue cuando mi guía turístico me dijo: Esta es cuadra picha. No se cómo explicar mi reacción, lo único es que yo seguí caminando detrás del hombre a ver en donde terminábamos. Tres pasos más tarde y estábamos al frente del sito más increíble que he visto en mi vida. Aunque antes de entrar, había un tipo de aspecto metalero que nos estaba indicando que la parranda heavy estaba al frente (Vea, se le tiene del metal de bueno, bien pueda siga, siga). 


Terminamos entrando a un sitio llamado Capitan Spaulding Bar. Primera impresión del sitio: un sueño hecho realidad. Cuando uno viene de un sito en donde no hay escena, sino que son un par de pelagatos que de vez en cuando se ven en los conciertos, entrar a un bar en donde hay pantalla gigante y están poniendo una banda de gore un asco es algo extremadamente gratificante.  No sabía qué hacer con la alegría; se me salía por los poros. Fue hermoso. Bueno, empezó la rumba a punta de cerveza Poker y botadera de corriente con el nuevo conocido. Nuestro bartender de cabecera, Camilo, me tenía feliz poniéndome todas las cancioncitas que le pedía. El único inconveniente fue entendernos con respecto a las bandas que estaba pidiendo. La dinámica de nuestras conversaciones era algo asi:

Andrea: Tienes algo de Behemoth (pronúnciese Bi-Ji-Math)
Camilo: ¿Quién?
Andrea: Behemoth (misma pronunciación de antes)
Camilo: Ah sí, de Behemot (pronúnciese be-e-mót) se le tiene…



Este episodio se repitió con varias bandas. Al final ya no sabía si pedirle Anibal Corse, Bayron Mendez, Yudas Praist, Eslayer, La vaca decapitadora, entre otros. Quede más confundida, pero bueno, esos son imprevistos del paseo. Mientras yo seguía en mi cuento, conocí al dueño de local, al cual se le dijo que yours truly era la recomendada de Andrés Castro de Canadá. Bueno o no, mi nuevo estatus de elite me hizo acreditadora de una ronda de cerveza por cuenta de la casa, un vodka anaranjado, que me imagino que solo tenía colorante porque estaba exageradamente fuerte, y mi propio cenicero, el cual era un vaso desechable con  agüita. 



Mientras yo disfrutaba el placer de un Malboro Rojo, a la mesa de al lado llego una pareja que tenía pinta de estar en el lugar equivocado, pero como para Clombolia no hay imposibles y ninguna situación es demasiado absurda,  no me extraño su presencia en lo más mínimo.  Vamos a entrar en detalles más específicos para que entiendan la idea. La niña no pasaría de tener más de 23 añitos, lucía una bella zapatilla Reebok blanca con rosado, un jean más bien clarito, un saco rosado (ese rosado que se estila samparle a las bebés recién nacidas) y mucho maquillaje negro en los ojos. El caballero que  la acompañaba tendría por ahí yo le calculo como unos 45 palos, mínimo, portaba una chaqueta de cuero, con camisa de botones azul claro, bluejean semi pupi y zapatos de cuero.  


Después de tomar asiento, la distinguida dama rosadita se dirigió hacia mí, preguntándome que si yo sabía si se podía fumar adentro (pregunta que a mi parecer la contestaba el hecho de yo tener un cigarrillo prendido en la mano, pero creo que eso no fue suficiente) a lo cual yo conteste: Hmm… ¿creo? En fin, todo fue amor después de este instante. Nos convertimos en los íntimos parceros que frecuentan Rottenblock un sábado en la noche; el trio entrañable de la Rosadita, el Sugardaddy y la Fraulein… 

La rosadita, con un tono más bien tradicional sureño me expresó su inclinación hacia el metal y hacia este estilo de vida de la siguiente manera:

Rosadita: Sizz, es que a mí también me gusta vestirme ‘e negro pero como acabo ‘e salir ‘el trabajo me tocó venirme con las zapatillas ¡VEA! y entonces me puse ‘e rosa’ito pa’ combinar…
La zapatilla no era asi, pero me parece que esta ilustra mejor el punto.

A lo cual yo le conteste con una carita feliz de esas que dicen: Del carajo, pero la verdad me importa un culo… En fin, mis nuevas amistades me contaron su vida así como a medias, yo les conté mi rollo y bebimos pola al son de algo macabro al fondo y fui muy feliz hasta que a las 10:30pm mi amistad rosadita me dijo:
-         ¡Huepuchica, Uy mire la hora que es! Es que me tengo q’ir porque la última buseta pasa a las once.

Intrigadísima, le pregunte que luego donde vivía, a lo cual ella contestó: En Fusa… Vea, yo no sé dónde queda Fusa, pero lo único cierto es que eso suena lejísimos. En fin, nos despedimos muy tristes y esta gente se retiró del C.S.B. mientras que mi guía y yo seguíamos dándole a la pola. Eran ya las 11:30pm, cuando Oh sorpresa, volvieron mis entrañables amistades pseudo-metaleras a decirme que la verdad la estaban pasando como ameno conmigo así que decidieron devolverse. El único problema fue que en el trayecto de regreso, mi pink-inclined amistad dejó el bolso en un taxi. Oh boy… Me compadecí con ella, ya que eso de que se le pierdan las cosas a uno es como maluco (sobre todo cuando yo ya fui víctima de lo que en mi tierra llaman pickpocketing, o sea del chalequeo – Requiescant in Pace mora mía), pero procedí a preguntarle si es que ella tenía artículos de valor irremplazables en el bolso, a lo que ella, en un tono de desespero, contestó:

-         Ay no, vea, tenía las llaves de la casa y mi ‘amá me va a matar. ¿Cómo voy a llegar a la casa? (el caballero que la acompañaba ya le tenía solución a eso…) Vea, es que el problema es que solo yo tengo las llaves de la pieza… Me acabo de acordar ¡Mis polvos de Yanbal! Ay no, los $30,000… Bueno, el blaberri si lo tengo acá en el bolsillo, gracias a Dios… (Nota Bene: esa es la lógica que aún no logro entender. La gente puede estar muriéndose del hambre, o en el caso de mi amistad de rosado, muriéndose por $30,000; pero eso si, quien dijo comprar blaberri.)


Mejor dicho, que mierdero. Le dije que lo de las llaves era bobada, ya que en el peor de los casos le puede sacar duplicado a las de la mami y puede tumbar la cerradura de la puerta de la pieza y después ponerle una media velada para conservar la privacidad que brinda una chapa, ¿o no? Con respecto a los otros artículos, el amigo Sugardaddy de una me fue diciendo:

-         Andreita, mamita, dígale que yo le repongo los $30,000; es más, tenga Dianita (entrega $30,000 a la amistad de rosado). Y por el bolso y los cosméticos no se preocupe mamita que yo mañana la llevo y le compro. 


No le digo, así si es breve la vida… Ojalá yo tuviera una amistad que cuando me raptaron mi mora (que en paz descanse, amen) me hubiera dicho: Andreita mamita no se preocupe que yo le repongo esa mora mamita… ¡No! A uno le toca berraco. En fin, no vale la pena entrar en detalles. Mejor dicho, como diria la mamita del de la pelota de letras: Esa platica se perdio. Volviendo al dilema del bolso, yo me ofrecí a acompañarla de compras al centro andino, y ya, arreglamos su vida por un instante y seguimos bebiendo.

Al final decidimos cambiar de bar y explorar la escena a eso de la media noche en Rottenblock, ya que a la Fraulein le entraron las ganas de bailar al ritmo de Melechesh. No se pierda el gran desenlace de esta fascinante historia porque todavía lo que falta por contar es mucho.



Y como dice la canción: Ay que orgulloso me siento de ser un buen clomboliano! 

Fraulein Andrea MMXI